
Cómo vender una idea
Supongamos que se te ocurrió una idea de negocio…un producto a desarrollar, una cosa, un servicio, un sitio web, innovadora, recordando que las innovaciones no siempre son cosas nuevas, prometedora. Le diste mil vueltas en tu cabeza, la pensaste y repensaste hasta estar seguro de que puede ser un negocio rentable. Ahora sólo te falta conseguir los inversores que te ayuden a llevarla adelante.
Utiliza el lenguaje asertivo
Sin negar que hay personas con más carisma y simpatía que otras, hoy en día la venta se ha profesionalizado y existen técnicas específicas para preparar vendedores eficaces. La mayoría de estas técnicas se basan en la idea de comunicación eficaz: conseguir la transmisión adecuada de lo que vamos a ofrecer. La comunicación eficaz utiliza un lenguaje asertivo, es decir, equilibrado y basado en la autoconfianza, y se caracteriza por su:
Precisión – Claridad – Oportunidad – Objetividad – Interés
Haz una buena presentación
Sin entrar en las características técnicas de una presentación utilizando herramientas informáticas (video, diapositivas, etc.) es interesante analizar el contenido. En este sentido, el llamado “marketing de ideas” nos ofrece algunas alternativas interesantes. Debes prestar especial atención a:
La definición del objetivo
- El análisis de los clientes a los que está dirigido el producto (actitudes, creencias, valores)
- El programa de desarrollo de la idea
- El plan de ejecución de la idea
- Las evaluaciones y ajustes posteriores al lanzamiento
Ensaya, ensaya, ensaya
Un error muy común entre las personas que deben presentar un producto o idea, es creer que el aspecto técnico (la preparación del video o diapositivas) es lo más importante, sin tener en cuenta que la comunicación es un fenómeno esencialmente humano que se produce entre seres humanos. Más allá del impacto que pueda causar una presentación más o menos vistosa, nunca olvides que el foco de la atención serán tú y tu idea.
No te preocupes por tus nervios; los especialistas dicen que inclusive un poco de nerviosismo es bueno, ya que ayuda a mantenerse alerta y agudizar el ingenio. No temas reacciones negativas de parte del público; de hecho, si están allí es porque les interesa lo que tienes para decir. Sé específico, concreto y preciso; habla con naturalidad, procura mantener la atención… y ensaya, ensaya, ensaya.
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